Archivo mensual: febrero 2015

¡Vaya y venga, Maestro!

Vaya y venga, Maestro

¡Vaya y venga, Maestro! Pedro León Zapata (1929-2015). Fuente de la imagen: Revista Pandora, 1 de abril de 1989

¡Vaya y venga, Maestro!

Por Guillermo Ramos Flamerich

En 1996 la agrupación Serenata Guayanesa celebró sus 25 años con un concierto en el Teatro Teresa Carreño de Caracas. El maestro de ceremonias para la ocasión fue Pedro León Zapata. Como palabras de inicio habló sobre lo efímero, el país en el que «todo cambia, nada dura», en el que «las cosas se acaban tan rápidamente, pero tan rápidamente, que algunas, como el Helicoide y el Hotel Humboldt, no solamente se han acabado rápidamente, sino que no han empezado nunca».

En contraste, el pasado 21 de enero de 2015, los Zapatazos, esos dibujos diarios que te contaban un país desde la creación humana más inteligente, el humor, cumplieron cincuenta años. Con ese medio siglo en un mismo periódico y el oficio de caricaturista que se remonta incluso a los tiempos de Fantoches, Zapata rompía la tradición de un país en el que desaparecen constituciones, símbolos patrios y hasta la memoria colectiva.

Pero además de sus caricaturas, cuadros y murales (como los que adornan a la Autopista Francisco Fajardo y a la Facultad de Arquitectura de la Universidad de los Andes), otro arte en la que era diestro el Maestro, sin duda, era el don de la palabra. De los mayores deleites era escuchar a Zapata.

Tuve la oportunidad de verlo en eventos como Sacúdete la Pava (2005) y en exposiciones de sus obras. La fineza de su decir, las palabras escogidas, el tono de voz y las pausas. Qué buena persona, con mirada de gato y esa tranquilidad del artista que confiesa que ha vivido (Como dijera su amigo Pablo Neruda), pero que luce una juventud eterna. Tantas cosas que pudiera enumerar que, si Zapata las leyera, hubiese desviado esto que ahora escribo hacia un tema menos laudatorio en torno a su persona.

Cuanto me hubiese gustado escucharlo en la Cátedra de Humor Aquiles Nazoa, a comienzos de los ochenta, o asistir a la exposición Todo el Museo para Zapata, que en 1975 llenó al Museo de Arte Contemporáneo de Caracas con su Da Vinci piloto, la Monóxida Lisa e infinidad de artistas que se aparecieron para rendirle tributo: Aquiles Nazoa, Fredy Reyna, el Carrao de Palmarito y la presentación de Simón Díaz con «Toda la patria para Zapata».

Pedro León fue siempre un desafiante del poder, desde aquel «el desprestigio es mutuo», que le responde a Carlos Andrés Pérez cuando este lo condecora, hasta el «Hugo Rafael, ¿Cuánto te pagó Zapata por ese propagandón», en respuesta a un ataque del entonces presidente Chávez. Esto pasa por la candidatura-en-serio que ocurriría en las presidenciales de 1988, un «performance» con más sustancia que el de muchos políticos que han disputado algún cargo y su fascinación por dibujar y representar a Juan Vicente Gómez, un enigma que lo acompañó desde la infancia.

En mi mente todavía escucho sus opiniones sobre la pintura del Greco o de los muralistas mexicanos en su programa de radio Divagancias, junto con Miguel Delgado Estévez. Esos son sonidos que marcan la vida. También la retrospectiva de proyectos como El Sádico Ilustrado y la obra de teatro Venezuela Herótica; la melancólica Coromotico; su versión de la Lección de Anatomía de Rembrandt, con la frase: «La operación resultó un fracaso… Pero como nos hemos divertido ¿Ah?». Así era él, todo en serio, nada en broma porque, tal como declaró una vez a Richard Izarra en el Últimas Noticias: «El humorismo es, ante todo, un mal negocio».

Era este Pedro León Zapata, un artista que entregó lo mejor de su obra a Venezuela y ahorá partió a nuevos destinos.

¡Vaya y venga, Maestro! Lo esperaremos cerca del mural que nos pertenece a todos, Los conductores de Venezuela. Allí, junto a Teresa de la Parra, los dos Simones, Reverón y Vargas, siempre tendrá un puesto como guía de los que sueñan con un país mejor.

Como material de apoyo, este video que conseguí en los archivos de la Biblioteca Nacional. Antonio López Ortega entrevista a Ildemaro Torres, Pedro León Zapata y Efraín Subero acerca del humorismo gráfico venezolano (Programa Entrelíneas – VTV, 1991):  

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